Editorial
Dejar de lado la primera respuesta, la obvia, el camino fácil. Comenzar una búsqueda a partir de los problemas y restricciones implícitos en cada proyecto, para luego abrir el juego a la experimentación, puede ser un buen punto de partida a la hora de proyectar.
Las propuestas de Ventura-Virzi Arquitectos transitan este camino, buscando el equilibrio entre todas las variables, de manera que la obra pueda dar una respuesta sólida y contundente a estos problemas.
Tanto la Casa de Ladrillos como el Edificio Giribone, que presentamos en esta edición de 1:100, se enmarcan en esta lógica de pensamiento. Son el resultado de un proceso continuo y complementario, que excede la práctica profesional e involucra la actividad académica que ambos desarrollan, y la investigación de los aspectos disciplinares que más les preocupan. Entender el borde como límite, trabajarlo, profundizar sobre su espesor, definir la estructura más pertinente y el material, al servicio del espacio y la luz, son algunos de los aspectos que los obsesionan. Plantas y secciones claras, funcionales, pero transgresoras y bien definidas, completan su respuesta.
De esta manera, Daniel Ventura y Andrés Virzi escapan a las tendencias estéticas y se insertan en un contexto cultural y latinoamericano, libre, sin ataduras, definiendo una continuidad y coherencia conceptual aplicable a toda su actividad, abriendo su propio camino.