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Editorial
Inventar un lugar de encuentro con mobiliario que permite acostarse para mirar el cielo es interesante, para frenar, si, desde cualquier punto de vista, pero viniendo de una persona que quiere ambiciosamente poner en duda los valores tradicionales de la arquitectura, es para indagar con mayor profundidad, por lo menos a la persona.
El dice: me intimidan las vanguardias, encandilan en su arder acelerado. El dice: no me interesa tener las influencias muy claras, creo en la necesidad del olvido como condición necesaria para que opere la verdadera intuición. El dice: la arquitectura me da una razón para cuestionarlo todo, para insistir en generar cambios a todo lo establecido. Eso dice.
De aquí en adelante todo eso impreso en hojas, en fotos, planos y muchas letras. El mundo de Felipe Uribe de Bedout, para ver y, como seguramente él mismo acotaría, para cuestionar. |
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